jueves, 22 de septiembre de 2011

PARA TERCO YO. PUES TORRIJAS

Hacia ya unos días que los hijos andaban flojos en eso de comer pan, y hoy sobra un poco, y mañana más y más.

Y la solución de rayar pan ya no es solución más que nada porque ya tenemos exceso de producción.

La solución ultimátum no tuvo éxito pues eso de lo que no os comáis ahora para la noche o mañana. Cada vez comen menos y podemos llegar a que ni lo caten.

Y yo tan terco, ¡Pues vaya si os lo vais a comer!. Madrugo y me pongo manos a la obra.

Corto el pan ya duro en rodajas y preparo tres platos en fila, en uno huevo batido, en otro leche y en otro azúcar. Pongo la sartén con aceite abundante y cuando está caliente, mojo las rebanadas de pan en la leche, las paso por el huevo, las frío, las paso por la azúcar, las pongo en la bandeja y tentado estoy de espolvorearlas con canela, pero no lo hago por si los chicos no las quieren, no me arriesgo.

Cuando aparecen por la cocina ya las tengo listas para comer. Una tras otra van cayendo, y como decía mi abuela “el que madrugó no las vio”. En un periquete la bandeja limpia par volver a repetir la acción.

¡Vaya que si se comieron el pan!

viernes, 2 de septiembre de 2011

FIESTAS DE MONTIEL, SEPTIEMBRE 2011

Ya se acercan las Fiestas de Septiembre, este año algo adelantadas, y cuando la función de pólvora cierre las Fiestas del 2011, habremos mediado el mes de septiembre e iniciaremos el camino hacia el crudo invierno pasando de puntillas por el efímero Otoño que suele depararnos nuestro clima, donde pasamos del frío al calor y viceversa en un abrir y cerrar de ojos.

Ahí va el programa y el deseo de que os divirtáis hasta la saciedad, y a los de fuera, que nos acompañéis en nuestra diversión.

Para ver el programa completo o descargarlo hacer clic en el enlace



jueves, 1 de septiembre de 2011

ADIOS VERANO

El final ya llegó, si ya se que hasta el 23 no finaliza formalmente el verano, pero por mucho veranillo de San Miguel, sol de membrillo o de vendimia, el 1 de septiembre siempre marca el final, o cuando menos el comienzo de una transición.

Es hora ya de ir sacando del armario y tenerla a mano alguna rebeca, por si nos aparece de repente alguna noche o madrugada traicionera.

Llegado el día 1, las madres empiezan como locas a sacar ropas de los armarios y a probar a los niños, y por supuesto al que no le falta cuatro dedos de manga le falta de pie, y hay que preparar la vuelta al cole. Total que de repente nos aparece una cuesta de Septiembre, ¡Que la de Enero tiene la fama, pero que esta carda bien la lana!

Y tenemos los últimos coletazos de fiestas. Y para las fiestas se blanqueaba en mi pueblo y se hacía la limpieza a fondo de la casa, a prepararla para el invierno, retoques de pinturas, barnices y lo que vaya saliendo, y todo esto presagia que se acerca el frío y la oscuridad, que se nos va la luz y el calor, adiós a las chanclas, ahora es tiempo de curar las grietas de los talones.

Yo lo que peor llevo es la luz, ya de noche tan temprano y a esperar que pasen las siete para ver amanecer.

Las dos primeras semanas de septiembre cumplen su tarea de adaptarnos a lo que se nos avecina, y cuando nos queremos dar cuenta nos vemos con el jersey puesto, y pensando en cursos, gimnasios y tareas con que cubrir esas siestas de modorra, esas horas tumbados al sol de una sombrilla junto a la piscina, en lo que muchos llaman vuelta a la rutina, que no hace sino confirmar que lo vivido en estos dos meses ha sido un sueño, eso, un sueño de verano.