jueves, 10 de octubre de 2013

ALCABALAS, SOCALIÑAS Y ROBO DESCARADO

Hace ya unos días que tenía ganas de sentarme tranquilamente y escribir sin sofocos ni calentones. Siempre es mejor esperar y razonar en frío.
Busco el diccionario de la Real Academia de la lengua de España donde veo que se define impuesto como Tributo que se exige en función de la capacidad económica de los obligados a su pago.
E impuesto directo como  el que grava las fuentes de capacidad económica, como la renta y el patrimonio.
Y soy zoquete porque no lo veo claro, no me cuadra, y deberían cambiar la definición o que me lo expliquen.
Viene esto a colación porque hace unos días, al igual que mis convecinos he recibido una carta de la oficina del catastro donde se facilita una dirección web donde te notifican la nueva valoración de tus inmuebles. Muy bien para los que controlamos las TIC, y para los abueletes que no, todo previsto, los mandan al Ayuntamiento a que se lo miren, y de paso se ahorran los sellos de la carta y del acuse de recibo.
Visto lo visto, y después de calmar mi sofoco con agua y mi lengua con lejía, me pongo a analizar y a hacer cuentas.
  • Desde 2001 al 2011 mi recibo de contribución subió un 23,95% de lo que ni me quejo ni me quejé, al fin y al cabo es en un periodo de 11 años.
  • Del 2011 al 2012, la cosa cambia. La subida fue de un 65% y todo ello porque el valor impositivo pasa del 0,40 al 0,60. Tampoco me quejé porque supuse que con esos impuestos se hacen hospitales, carreteras, se pagan becas, pensiones etc.
  • Pero mira por donde que la dichosa notificación me indica que mi casa a partir del año próximo pasará a tener otro valor, un 90,41% más alto, eso si, se sigue pagando el 0,60%. Claro que para disimular y contentarnos, la subida será progresiva hasta el 2022.

Y eso si que no, ahora si me quejo, porque me parece una desvergüenza más propia de tiranos de la Edad Media que de gobernantes del siglo XXI.
Y está más que claro que si en estos momentos no se hacen hospitales, sino todo lo contrario, no se hacen carreteras, se bajan pensiones, se reducen o eliminan prestaciones, se reducen las becas, profesores, colegios etc. Sus salarios, sus beneficios y a las de sus compinches si suben.
¿Para que puñetas quieren entonces mi dinero?, pues para eso justo que todos estamos pensando, para mantener chorizos y ladrones y a toda la chusma esa que nos han traído hasta aquí, que eso de que los pobres hemos vivido por encima de nuestras posibilidades no cuela.
Con mi dinero y el de otros se enriquecen sinvergüenzas de las más altas estancias, se inyecta dinero a bancos que han estafado vendiendo preferentes como  plazos fijos a 5 años.
Y como es lógico o se pasa por el aro, o se pasa por el aro.
Pero impaciente de mí, veo más abajo que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua me da otra definición, la de impuesto revolucionario: Sistema montado por una organización terrorista para financiarse mediante extorsión y amenazas.
Y yo me siento amenazado, por que si no pago el recibo me expongo al incremento desorbitado de la deuda y al embargo.
Y yo me siento extorsionado, porque esto no es un impuesto, es un robo descarado.

Pero me he quedado muy a gusto después de decir lo que pienso, que eso de momento se puede decir y por lo pronto sigue siendo gratis.

1 comentario:

  1. Lo hacen porque saben que los sueldos han subido muchísimo, y para que no nos acostumbremos a comer todos los días.

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